Guaraguao colirrojo / Red-tailed Hawk / Buteo jamaicensis
El guaraguao colirrojo es una de las aves rapaces más emblemáticas de América. Está ampliamente distribuida desde Alaska hasta el Caribe. En Puerto Rico es nativo y su presencia lo convierte en un protagonista clave en el equilibrio natural. El término guaraguao es un legado lingüístico taíno, proveniente de warawao que sobrevivió a la colonización española y se consolidó en el español caribeño como nombre común para el halcón de cola roja.
El guaraguao colirrojo, también conocido como guaraguao de cola roja y halcón de cola roja, pertenece a la familia Accipitridae. Es una de las especies más grandes del género Buteo, con una longitud de entre 45 y 65 cm, un peso que puede alcanzar hasta 1.6 kg, y una envergadura de 105 a 135 cm. Su plumaje es variable según la subespecie, pero en general presenta tonos marrones en la cabeza y el dorso, con un pecho más claro y una característica banda abdominal. La cola, que le da su nombre, muestra un tono rojizo intenso en los adultos, mientras que los juveniles poseen colas más pálidas con franjas oscuras.
Esta ave se distingue por su vuelo planeado y majestuoso, con alas anchas y redondeadas que le permiten aprovechar las corrientes térmicas. Aunque el color rojo de la cola es un rasgo llamativo, no siempre es visible, por lo que el tamaño y la forma de las alas son indicadores más confiables para su identificación.
El guaraguao colirrojo es altamente adaptable y puede encontrarse en desiertos, pastizales, bosques, montañas y zonas urbanas. En Puerto Rico y otras islas del Caribe, habita tanto en áreas rurales como en parques nacionales y cordilleras boscosas. Su capacidad para ocupar distintos ambientes lo ha convertido en una de las rapaces más abundantes. Prefiere áreas abiertas donde pueda detectar presas con facilidad, pero también utiliza árboles altos o estructuras artificiales como postes y edificios para anidar.
El guaraguao colirrojo es un cazador oportunista. Su dieta incluye roedores, lagartos, aves pequeñas, insectos y crustáceos. Esta variedad le permite adaptarse a diferentes ecosistemas y mantener un papel crucial en el control de poblaciones de pequeños vertebrados. Su técnica de caza combina la vigilancia desde perchas elevadas con vuelos planeados en busca de movimiento en el suelo. Una vez localizada la presa, se lanza en picada con gran precisión.
Se trata de un ave diurna, territorial y monógama. Aunque puede observarse solitaria, también se le encuentra en parejas durante la temporada reproductiva. Su vuelo es característico: planea en círculos amplios, aprovechando las corrientes de aire, y emite un grito agudo que se ha convertido en un sonido icónico hasta en cine y televisión, atribuido erróneamente a águilas. El guaraguao colirrojo es parcialmente migratorio. Algunas poblaciones del norte viajan hacia regiones más cálidas en invierno, mientras que las poblaciones del Caribe, como las nuestras en Puerto Rico, suelen ser residentes permanentes.
La reproducción ocurre en primavera. Ambos padres participan en la construcción del nido, que suele ubicarse en la copa de árboles altos o en estructuras artificiales. El nido está hecho de ramas y forrado con materiales suaves. La hembra deposita entre 1 y 3 huevos, que son incubados por ambos progenitores durante aproximadamente un mes. Los polluelos nacen indefensos y dependen completamente de sus padres para alimentarse y sobrevivir. Durante las primeras semanas, los adultos cazan y llevan alimento al nido. A medida que los jóvenes crecen, comienzan a ejercitar sus alas hasta que logran volar y cazar por sí mismos.
El guaraguao colirrojo cumple una función esencial en los ecosistemas al regular poblaciones de pequeños mamíferos y reptiles. Su presencia indica la salud de los ambientes naturales y su adaptabilidad lo convierte en un ejemplo de resiliencia frente a la transformación de hábitats. Además, es una especie protegida en varios países por tratados internacionales como el Tratado de Aves Migratorias y está clasificada como de preocupación menor en la Lista Roja de la UICN.
En conclusión, el guaraguao colirrojo es una especie fascinante que combina belleza, poder y adaptabilidad. Su papel como depredador tope lo convierte en un guardián de los ecosistemas. Solo el bravo pitirre (Tyrannus dominicensis) se atreve a hacerle frente y se dice que “a cada guaraguao le llega su pitirre”. Su presencia en Puerto Rico refuerza la riqueza natural de la isla. Conservarlo es asegurar el equilibrio de la vida silvestre y mantener viva una de las rapaces más emblemáticas del continente.
Hola, soy Frances M. Santiago Tomei. Este proyecto nace de un profundo amor por la naturaleza, la fotografía y la educación. Este sitio web es mucho más que una galería de imágenes: es una invitación a mirar con atención, a detenernos ante la belleza silvestre de Puerto Rico y a reconectar con el mundo natural que nos rodea. Todas mis fotografías son originales y tomadas en su ambiente natural a distancia considerable con lentes telefoto. Ningún ave ha sido manipulada ni perturbada en el proceso.